Clindamicina: un antibiótico de amplio espectro

Introducción

La clindamicina es un antibiótico semisintético utilizado en el tratamiento de diversas infecciones bacterianas. Se considera un medicamento de amplio espectro debido a su capacidad para combatir una gran variedad de bacterias.

Usos actuales

La clindamicina se utiliza en el tratamiento de infecciones de la piel, el tracto respiratorio, las vías urinarias, los huesos y las articulaciones, entre otras. También se utiliza para tratar infecciones intraabdominales y sepsis. Además, se ha utilizado para tratar la enfermedad de Lyme, aunque con menor eficacia que otros antibióticos.

Efectos benéficos y adversos

La clindamicina puede causar efectos secundarios como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y erupciones cutáneas. También puede causar infecciones fúngicas en la boca, la vagina y otros lugares. En casos raros, puede causar colitis pseudomembranosa, una inflamación grave del colon.

Obtención

La clindamicina se produce sintéticamente a partir de lincomicina, otro antibiótico. La lincomicina se modifica químicamente para producir clindamicina.

Investigación actual

Se está investigando el uso de la clindamicina en el tratamiento de infecciones por bacterias resistentes a otros antibióticos. También se está investigando su uso en combinación con otros medicamentos para el tratamiento de la enfermedad de Lyme.

Mecanismo de acción

La clindamicina inhibe la síntesis de proteínas en las bacterias, lo que impide su crecimiento y reproducción. Esto hace que las bacterias sean más susceptibles a la acción del sistema inmunológico del cuerpo y de otros antibióticos.

Resumen

La clindamicina es un antibiótico de amplio espectro utilizado en el tratamiento de diversas infecciones bacterianas. Aunque puede causar efectos secundarios, es un medicamento efectivo cuando se usa adecuadamente.

  1. Davidson’s Principles and Practice of Medicine, 23rd Edition ISBN 978-0702070280
  2. Clindamycin: Mechanism of Action and Clinical Uses. Pichichero, Michael. Infectious Diseases in Clinical Practice: July 2004 – Volume 12 – Issue 4 – p 189-191 doi: 10.1097/01.idc.0000124756.54061.7a