La gastritis es una afección inflamatoria del revestimiento del estómago.Es importante mencionar que la gastritis es una afección muy común y puede tener graves consecuencias si no es tratada adecuadamente. Es por esto, que se deben identificar todos los elementos de esta patología, como factores de riesgo, cuadro clínico, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

En el siguiente artículo se realiza el abordaje de todos estos aspectos con la finalidad de una mejor comprensión de la información para que, de esta manera, todas las personas puedan identificar si están propensos o no a padecer gastritis. 

¿Cuál es la epidemiología de la Gastritis?

Es una enfermedad de elevada frecuencia en la población mundial, con una incidencia variable según la región y el grupo de población estudiado.

De acuerdo con una revisión publicada en la revista «Sistema de Información Científica Redalyc» , la incidencia de gastritis varía ampliamente en diferentes estudios, con un rango que va desde el 1% al 30% en diferentes poblaciones. Sin embargo, no se proporcionan datos precisos sobre la incidencia de la gastritis a nivel mundial.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar esta patología?

La gastritis es una afección inflamatoria del revestimiento del estómago que puede ser aguda o crónica. Los factores de riesgo para desarrollar gastritis incluyen:

• Infección por la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori). Esta bacteria es una de las principales causas de gastritis y úlceras gástricas.
• Uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). El uso prolongado de medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno puede dañar el revestimiento del estómago y aumentar el riesgo de gastritis.
• Edad avanzada. Con el paso del tiempo, el revestimiento del estómago se adelgaza, lo que aumenta el riesgo de gastritis.
• Consumo excesivo de alcohol. El alcohol puede irritar y erosionar el revestimiento del estómago, aumentando el riesgo de gastritis.
• Otros factores de riesgo incluyen: tabaquismo, estrés, dieta rica en alimentos procesados y baja en fibra, y enfermedades autoinmunes como el lupus o la enfermedad de Crohn.

¿Cómo se puede prevenir la gastritis?

Para prevenir la gastritis, es importante cambiar la dieta, evitar el alcohol y el tabaco, no abusar de los antiácidos, equilibrar la mente y someterse a una revisión médica. Las sustancias irritantes más comunes que causan gastritis son medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), el alcohol y la bilis. Por lo tanto, evitando el uso excesivo de estas sustancias y llevando una dieta equilibrada y saludable puede ayudar a prevenir la afección.

Además, la gastritis autoinmunitaria puede causar problemas para absorber el hierro y la vitamina B12 de los alimentos, lo que podría terminar en anemia. Por lo tanto, los médicos podrían recomendar suplementos de hierro, ácido fólico y vitamina B12 para prevenir la anemia perniciosa.

¿En qué consiste la fisiopatología de la gastritis? 

La fisiopatología de la gastritis se relaciona con los cambios en el pH del estómago y en la producción de jugos gástricos. La acidez gástrica es necesaria para digerir los alimentos y proteger el estómago de las infecciones, pero cuando hay un desequilibrio en la producción de ácido o un aumento de la alcalinidad, puede ocurrir una inflamación en el revestimiento del estómago. 

Además, la infección por H. pylori también ha sido relacionada con la fisiopatología de la gastritis, ya que esta bacteria puede colonizar en la mucosa gástrica y causar una respuesta inflamatoria en el organismo. 

¿Cuál es el cuadro clínico de esta patología?

 Los signos y síntomas de la gastritis incluyen malestar o dolor punzante o ardor en la parte superior del abdomen, que puede empeorar o mejorar cuando se come, náuseas, vómitos y sensación de saciedad en la parte superior del abdomen después de haber comido.

Se pueden presentar de dos maneras: gastritis aguda y gastritis crónica.

La gastritis aguda es una inflamación repentina del revestimiento del estómago, generalmente causada por una irritación aguda, como el uso excesivo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), una infección por la bacteria Helicobacter pylori o el consumo excesivo de alcohol. La gastritis crónica, por otro lado, es una inflamación de larga duración del revestimiento del estómago, que puede ser causada por una variedad de factores, como el uso prolongado de AINE, la infección por H. pylori o el consumo excesivo de alcohol. En algunas ocasiones puede llegar a tener una presentación asintomática.

¿Cómo se diagnostica la gastritis?

El diagnóstico de gastritis se basa en una combinación de anamnesis, exploración física y pruebas de imagen.

La anamnesis incluye preguntas sobre los síntomas, la medicación que se está tomando y el historial médico. El médico también realizará un examen físico para buscar signos de inflamación, como dolor abdominal, distensión abdominal y, en casos graves, pérdida de peso.

Una de las principales herramientas para diagnosticar la gastritis es la endoscopia gastrointestinal. Durante la endoscopia, el médico introduce un tubo flexible equipado con una lente (endoscopio) por la garganta y hacia el esófago, el estómago y el intestino delgado. Mediante el endoscopio, el médico busca signos de inflamación. Además, se pueden realizar biopsias del revestimiento gástrico para determinar si hay una infección por H. pylori o si hay una forma de gastritis autoinmune.

Según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, el médico también puede ordenar otras pruebas, como análisis de sangre para evaluar el nivel de hierro y las células sanguíneas, una radiografía del estómago para buscar signos de anemia, y una ecografía para buscar signos de inflamación.

¿Cuál es el esquema de tratamiento para la gastritis?

El tratamiento de la gastritis depende de la causa específica de la enfermedad. Según la Mayo Clinic, la gastritis aguda causada por medicamentos antiinflamatorios no esteroides o por el alcohol puede aliviarse al dejar de consumir esas sustancias.

En el caso de la gastritis causada por la infección con la bacteria Helicobacter pylori, se recomienda un tratamiento con antibióticos combinado con un inhibidor de la bomba de protones o una sustancia que reduce la acidez estomacal. En caso de gastritis crónica, se pueden recetar medicamentos para reducir la inflamación y la acidez estomacal, como los inhibidores de la bomba de protones o los antiinflamatorios no esteroides.

Aditivo a los esquemas terapéuticos, también se recomienda un cambio en la dieta y en los hábitos alimentarios, como masticar bien los alimentos y evitar ingerirlos muy rápido, evitar alimentos grasos o muy condimentados y evitar las bebidas alcohólicas así como, evitar los alimentos que causan inflamación estomacal, como el café, té, chocolate, alcohol, tabaco, etc.

Es importante señalar que el tratamiento debe ser establecido por un médico especialista ya que cada persona puede tener una causa diferente de gastritis y, por lo tanto, requerir un tratamiento diferente. Es importante seguir las recomendaciones del médico y mantener un seguimiento regular para evaluar la evolución de la enfermedad y adaptar el tratamiento si es necesario.