Cordoma: un tumor raro de la columna vertebral

El cordoma es un tumor óseo maligno que se desarrolla a partir de células de la cuerda dorsal. El tratamiento del cordoma depende del tipo y la ubicación del tumor, así como del estado de salud general del paciente. No hay medidas específicas de prevención para el cordoma.

Introducción

El cordoma es un tipo de tumor raro que se origina a partir de células de la notocorda, una estructura embrionaria que da lugar a los discos intervertebrales. Estos tumores suelen localizarse en la columna vertebral y la base del cráneo, y se caracterizan por ser agresivos y difíciles de tratar.

Epidemiología

El cordoma es un tumor raro, que representa menos del 1% de todos los tumores primarios de la columna vertebral. Se estima que afecta a alrededor de 1 de cada millón de personas al año en todo el mundo. Los hombres tienen una mayor incidencia que las mujeres, y la edad promedio de diagnóstico es de 50 años.

Cuadro clínico

La mayoría de los cordomas se presentan con dolor en la zona afectada, que puede irradiarse a otras partes del cuerpo. Otros síntomas pueden incluir debilidad muscular, cambios en la sensibilidad, dificultad para moverse y problemas de control de esfínteres. En algunos casos, los cordomas pueden crecer lo suficiente como para comprimir la médula espinal o el cerebro, lo que puede dar lugar a síntomas neurológicos graves.

Causas

Se desconoce la causa exacta del cordoma, aunque se cree que puede estar relacionado con ciertos factores genéticos y ambientales. Algunos estudios sugieren que el virus del papiloma humano (VPH) podría estar implicado en el desarrollo de estos tumores.

Síntomas

Los síntomas del cordoma pueden variar según la ubicación y el tamaño del tumor. Los síntomas más comunes incluyen dolor, debilidad muscular y problemas de equilibrio. También pueden presentarse síntomas neurológicos, como cambios en la sensibilidad o la capacidad de movimiento, así como problemas de control de la vejiga y el intestino.

Diagnóstico de Cordoma

El cordoma es un tumor óseo maligno que se desarrolla a partir de células de la cuerda dorsal. El diagnóstico generalmente se basa en la evaluación de los síntomas, el examen físico y las pruebas de imagen, como radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.

La biopsia del tejido tumoral también es necesaria para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de cordoma, ya que existen diferentes subtipos que requieren tratamientos específicos.

Tratamiento de Cordoma

El tratamiento del cordoma depende del tipo y la ubicación del tumor, así como del estado de salud general del paciente. La cirugía es la opción de tratamiento más común y puede implicar la extirpación del tumor y parte del hueso circundante, seguida de radioterapia para destruir cualquier célula tumoral residual.

En algunos casos, la radioterapia se utiliza como tratamiento principal o como complemento de la cirugía. La quimioterapia tiene un papel limitado en el tratamiento del cordoma, aunque se están investigando nuevos tratamientos y terapias dirigidas.

Prevención de Cordoma

No hay medidas específicas de prevención para el cordoma, ya que se desconoce la causa exacta de la enfermedad. Sin embargo, es importante mantener una buena salud ósea y general, evitar el tabaquismo y reducir la exposición a sustancias químicas tóxicas.

Referencias

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