La prostatitis es una inflamación de la próstata, una glándula situada debajo de la vejiga en hombres. 

¿Cuál es la epidemiología de esta enfermedad?

La prostatitis es una afección común que afecta a los hombres en todo el mundo. Según los datos del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), la prostatitis es la segunda causa más común de consultas de atención médica para problemas de próstata en hombres menores de 50 años y la cuarta causa más común en hombres mayores de 50 años.

La prostatitis aguda es menos común que la crónica y se estima que afecta a alrededor del 5% de los hombres en algún momento de sus vidas. La prostatitis crónica, por otro lado, se estima que afecta al 2% al 16% de los hombres en algún momento de sus vidas. La prostatitis no bacteriana, también conocida como síndrome de dolor pélvico crónico, se estima que afecta al 2% al 11% de los hombres en algún momento de sus vidas.

En cuanto a las estadísticas mundiales, un estudio realizado en India en 2016, encontró que la prevalencia de prostatitis crónica en hombres mayores de 50 años fue del 11,3%. Otro estudio realizado en China en 2017, encontró que la prevalencia de prostatitis crónica fue del 7,3% en hombres mayores de 50 años.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la prostatitis?

Uno de los factores de riesgo más comunes es la infección de las vías urinarias. Según los datos del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), la prostatitis bacteriana se desarrolla cuando bacterias entran en la próstata y causan inflamación.

Otro factor de riesgo para la prostatitis es el envejecimiento. Los hombres mayores de 50 años tienen un mayor riesgo de desarrollar prostatitis, ya que la próstata aumenta de tamaño con la edad y puede bloquear el flujo de orina.

El estrés también se ha identificado como un factor de riesgo para la prostatitis. Según un estudio publicado en la revista «International Journal of Urology», los hombres que experimentan estrés crónico tienen un mayor riesgo de desarrollar prostatitis.

Además, algunos hábitos de vida también pueden aumentar el riesgo de prostatitis, tales como tener relaciones sexuales inseguras, no vaciar completamente la vejiga, sedentarismo, fumar, consumir alcohol y drogas, entre otros.

¿Cuál es su etiopatogenia?

La etiopatogenia de la prostatitis se refiere a los mecanismos y causas subyacentes que contribuyen al desarrollo de esta afección. Aunque existen varios tipos de prostatitis, la mayoría se relacionan con la inflamación de la próstata.

La prostatitis aguda es causada por una infección bacteriana de la próstata, la cual puede ser adquirida a través de las vías urinarias o las vías sexuales. Los gérmenes comunes incluyen Escherichia coli, Proteus mirabilis, y Klebsiella pneumoniae.

La prostatitis crónica es más difícil de tratar y su causa es a menudo desconocida. Sin embargo, algunos estudios sugieren que puede ser causada por una infección persistente, una obstrucción en las vías urinarias, o una respuesta autoinmune.

La prostatitis asintomática inflamatoria (PAI) es una condición en la cual hay inflamación de la próstata sin síntomas evidentes. La causa exacta de la PAI es desconocida, pero se cree que puede estar relacionada con una infección o una respuesta autoinmune.

¿Cuáles son los tipos de prostatitis?

Existen cuatro tipos de prostatitis:

• Prostatitis aguda bacteriana: es causada por una infección bacteriana y se caracteriza por síntomas como fiebre, escalofríos, dolor abdominal y perineal, dolor al orinar, dificultad para orinar y dolor testicular.
• Prostatitis crónica bacteriana: es causada por una infección bacteriana y se caracteriza por síntomas como dolor perineal, dificultad para orinar, dolor al orinar, dolor testicular y problemas sexuales.
• Prostatitis no bacteriana crónica/síndrome de dolor pélvico crónico: es una inflamación de la próstata sin evidencia de infección bacteriana y se caracteriza por síntomas como dolor perineal, dificultad para orinar, dolor al orinar, dolor testicular y problemas sexuales.
• Prostatitis asintomática inflamatoria: es una inflamación de la próstata sin síntomas evidentes.

¿En qué consiste el cuadro clínico de la prostatitis?

En general, los síntomas de la prostatitis incluyen dolor o dificultad para orinar, dolor en el área entre el ano y el escroto, dolor o dificultad durante la eyaculación, y dolor o molestia en la parte inferior del abdomen o la espalda. Sin embargo, algunos hombres con prostatitis no tienen síntomas evidentes. Por eso es importante hacer un chequeo regular con el médico para detectar cualquier problema de salud relacionado con la próstata.

¿Cuál es el diagnóstico de la prostatitis?

El diagnóstico de la prostatitis se basa en la historia clínica, los síntomas, y los hallazgos físicos del paciente, así como en los resultados de las pruebas de laboratorio y de imagenología.

Para diagnosticar la prostatitis, el médico puede realizar un examen físico, incluyendo un examen rectal y una prueba de detección del antígeno prostático específico (PSA) en sangre. Además, se pueden realizar pruebas de laboratorio, como cultivos de orina y de semen para buscar infecciones bacterianas, así como una serie de pruebas de imagenología, como ecografías y tomografías para evaluar el tamaño y la forma de la próstata.

En caso de sospechar de una infección bacteriana, se realizará un cultivo de orina y/o semen para determinar el tipo de bacteria presente y así poder seleccionar el antibiótico adecuado. Si se sospecha de una causa autoinmune o de un trastorno neurológico, se realizarán pruebas adicionales para determinar la causa subyacente.

El diagnóstico diferencial de la prostatitis incluye enfermedad benigna de próstata (BPH), cáncer de próstata y síndrome de dolor pélvico crónico (CPPS). El síndrome de dolor pélvico crónico es un diagnóstico de exclusión y se realiza cuando no se encuentra una causa subyacente.

¿En qué consiste el tratamiento para la prostatitis? 

El tratamiento de la prostatitis bacteriana aguda, causada por una infección bacteriana, consiste en el uso de antibióticos. Los antibióticos recomendados varían dependiendo de la sensibilidad de la bacteria, pero los más comunes incluyen trimetoprima-sulfametoxazol, doxiciclina, cefalosporinas y fluoroquinolonas. Es importante continuar el tratamiento durante el tiempo recomendado, incluso si los síntomas desaparecen antes del final del tratamiento, para asegurar que se haya eliminado completamente la infección.

La prostatitis crónica es más difícil de tratar y puede requerir un enfoque de tratamiento múltiple. El tratamiento puede incluir el uso de antibióticos, pero también puede incluir cambios en el estilo de vida, como reducir el estrés, evitar la retención de orina y la realización de ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos. Algunos pacientes también pueden beneficiarse de un tratamiento con alfabloqueantes, que ayudan a relajar los músculos de la próstata y la vejiga, o de una terapia física como masaje prostático o electroestimulación. 

La prostatitis no bacteriana es aún más difícil de tratar. El tratamiento puede incluir el uso de analgésicos, antiinflamatorios y alfabloqueantes, así como cambios en el estilo de vida y terapia física. En algunos casos, los pacientes también pueden beneficiarse de la terapia con agentes inmunomoduladores. 

En resumen, el tratamiento de la prostatitis varía dependiendo del tipo y causa subyacente de la inflamación, pero puede incluir el uso de antibióticos, cambios en el estilo de vida, medicamentos para relajar los músculos de la próstata y vejiga Y terapia física.