Melasma: causas, síntomas y tratamiento

El melasma es una afección cutánea común que se caracteriza por manchas oscuras en la piel. Aunque no hay una cura para el melasma, hay varios tratamientos que pueden ayudar a reducir la apariencia de las manchas oscuras en la piel. La prevención del melasma implica evitar los factores desencadenantes y proteger la piel del sol.

Introducción sobre melasma

El melasma es un trastorno cutáneo común que se caracteriza por la aparición de manchas oscuras en la piel. Afecta principalmente a mujeres en edad reproductiva y se presenta con mayor frecuencia en áreas expuestas al sol, como la cara, el cuello y los brazos.

Epidemiología de melasma

Se estima que el melasma afecta alrededor del 5-6% de la población mundial, siendo más común en personas de piel oscura. Las mujeres son más propensas a desarrollar melasma que los hombres, y su aparición se asocia con el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y la exposición al sol.

Cuadro clínico de melasma

El melasma se caracteriza por la aparición de manchas oscuras en la piel, que pueden ser de color marrón claro a oscuro. Estas manchas suelen aparecer en la frente, las mejillas, la nariz y el labio superior, y pueden tener una forma irregular.

Causas de melasma

Las causas exactas del melasma no se conocen con certeza, pero se sabe que están relacionadas con factores hormonales y la exposición al sol. Los cambios hormonales durante el embarazo y el uso de anticonceptivos orales pueden aumentar la producción de melanina en la piel, lo que provoca la aparición de manchas oscuras. La exposición al sol también puede desencadenar la aparición de melasma, ya que la radiación ultravioleta estimula la producción de melanina en la piel.

Síntomas de melasma

Los síntomas del melasma incluyen la aparición de manchas oscuras en la piel, que pueden ser de color marrón claro a oscuro. Estas manchas pueden tener una forma irregular y aparecer en áreas expuestas al sol, como la frente, las mejillas, la nariz y el labio superior. El melasma no causa dolor ni picazón, y no suele tener ningún otro síntoma asociado.

Diagnóstico de melasma

El melasma es una afección cutánea común que se caracteriza por manchas oscuras en la piel. El diagnóstico de melasma se realiza mediante un examen visual de la piel y una historia clínica detallada. Los médicos también pueden utilizar una lámpara de Wood para evaluar la profundidad de las manchas y descartar otras afecciones cutáneas. En algunos casos, se puede realizar una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento de melasma

No existe una cura para el melasma, pero hay varios tratamientos que pueden ayudar a reducir la apariencia de las manchas oscuras en la piel. Los tratamientos tópicos incluyen cremas despigmentantes, como la hidroquinona, el ácido kójico y el ácido azelaico. Los tratamientos láser y la terapia de luz pulsada intensa también pueden ser efectivos para tratar el melasma. Además, es importante proteger la piel del sol y evitar los factores que pueden desencadenar el melasma, como el estrés y ciertos medicamentos.

Prevención de melasma

La prevención del melasma implica evitar los factores desencadenantes y proteger la piel del sol. Es importante usar protector solar con un alto factor de protección solar (FPS) y evitar la exposición al sol durante las horas pico. También es recomendable evitar los productos para el cuidado de la piel que contienen fragancias y otros irritantes. Si se está tomando medicamentos que pueden desencadenar el melasma, es importante hablar con un médico sobre las opciones de tratamiento alternativas.

Referencias

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