Hiperplasia prostática benigna (HPB): ¿qué es? síntomas y tratamiento
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es un agrandamiento no canceroso de la próstata que afecta a la mayoría de los hombres a medida que envejecen. La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga que rodea la uretra y se encarga de producir parte del líquido seminal.
¿Cuál es la epidemiología de la hiperplasia prostática benigna?
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una afección común en hombres mayores de 50 años que se caracteriza por el crecimiento no canceroso de la próstata. A medida que los hombres envejecen, es cada vez más probable que desarrollen HPB, lo que puede causar síntomas como dificultad para orinar, goteo después de orinar y necesidad frecuente de orinar, especialmente por la noche.
A nivel mundial, la incidencia de la hiperplasia prostática benigna es muy elevada. Se estima que aproximadamente el 50% de los hombres mayores de 50 años y el 90% de los hombres mayores de 80 años presentan algún grado de HPB (R). La incidencia de la HPB aumenta con la edad y es más común en los hombres de raza negra (R).
Además, se ha estimado que entre el 15% y el 30% de los hombres con HPB experimentan síntomas moderados a graves que afectan su calidad de vida (R). Es importante tener en cuenta que, aunque la hiperplasia prostática benigna no es un cáncer, puede empeorar con el tiempo y requerir tratamiento si los síntomas son molestos o interferir en la capacidad del hombre para realizar sus actividades diarias.
¿En qué consiste su fisiopatología?
La fisiopatología exacta de la HPB aún no está completamente comprendida, pero se cree que está influenciada por cambios hormonales y factores genéticos.
La próstata es una glándula que rodea la uretra en los hombres y está controlada por hormonas masculinas, como la testosterona y su derivado, el dihidrotestosterona (DHT). La producción de DHT aumenta con la edad, lo que puede llevar a un crecimiento excesivo de las células de la próstata, resultando en un agrandamiento de la misma.
Además, los estudios han identificado una serie de genes relacionados con la HPB, lo que sugiere que existe un componente hereditario en la afección.
En términos de fisiopatología, la HPB puede causar síntomas al ejercer presión sobre la uretra y dificultar el flujo de orina. La próstata agrandada puede obstruir la uretra, lo que puede causar una disminución del flujo de orina, dificultad para comenzar a orinar, goteo después de orinar y necesidad frecuente de orinar, especialmente por la noche.
¿Cuál es su etiología?
Aunque la causa exacta de la HPB no se conoce, se ha identificado una serie de factores que pueden contribuir a su desarrollo.
- Edad: El envejecimiento es el factor más comúnmente asociado con la HPB, y la incidencia de la enfermedad aumenta con la edad.
- Niveles de testosterona: La testosterona juega un papel importante en la regulación del tamaño de la próstata, y un exceso de esta hormona puede contribuir al crecimiento de la misma.
- Genética: La predisposición genética también puede contribuir a la HPB, y se ha encontrado que los hombres con un familiar de primer grado con la enfermedad tienen un mayor riesgo de desarrollarla.
- Estilo de vida: Ciertos factores de estilo de vida, como la obesidad y la falta de actividad física, también se han relacionado con un mayor riesgo de HPB.
- Hábitos de alimentación: Una dieta rica en grasas y baja en nutrientes esenciales puede contribuir al desarrollo de la HPB.
¿Cuáles son las manifestaciones clínicas de la hiperplasia prostática benigna?
Esta condición puede causar una variedad de síntomas que afectan la función urinaria.
- Dificultad para orinar: La HPB puede hacer que la próstata obstruya el flujo de orina, lo que resulta en dificultad para iniciar y continuar la micción.
- Necesidad de orinar con frecuencia: La HPB también puede causar una necesidad frecuente de orinar, incluso durante la noche (nicturia).
- Goteo o interrupción del flujo de orina: La HPB puede causar un goteo o interrupción en el flujo de orina, lo que puede ser incómodo y difícil de controlar.
- Dolor o ardor al orinar: Algunos hombres con HPB experimentan dolor o ardor al orinar, lo que puede ser un signo de una infección urinaria.
- Dificultad para vaciar la vejiga: La HPB puede hacer que sea difícil vaciar completamente la vejiga, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones urinarias.
¿Cómo se diagnostica la hiperplasia prostática benigna?
Para diagnosticar la HPB, un médico puede realizar una combinación de pruebas y exámenes clínicos.
- Historial clínico y examen físico: El médico comenzará por revisar el historial clínico y realizar un examen físico para determinar si hay signos y síntomas de HPB.
- Análisis de orina y sangre: Se pueden realizar análisis de orina y sangre para evaluar la función renal y buscar indicios de infecciones o enfermedades asociadas.
- Examen rectal digital: El médico puede realizar un examen rectal digital para evaluar la tamaño y consistencia de la próstata.
- Ecografía transrectal: La ecografía transrectal es una prueba no invasiva que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de la próstata y verificar si hay signos de HPB.
- Evaluación urológica: El médico puede recomendar una evaluación urológica para evaluar la función urinaria y determinar la gravedad de la HPB.
¿Cuál es el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna?
El tratamiento para la BPH depende de la gravedad de los síntomas y la forma en que estos afectan la calidad de vida del paciente. Aquí describimos algunos de los tratamientos comunes para la BPH.
- Terapia farmacológica: Los medicamentos recetados pueden ayudar a aliviar los síntomas de la BPH al reducir el tamaño de la próstata y mejorar el flujo de orina. Algunos medicamentos utilizados para tratar la BPH incluyen alfabloqueantes (tamsulosin, doxazosin) e inhibidores de la 5-alfa reductasa (finasterida, dutasterida).
- Cambios en el estilo de vida: Hacer cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de alcohol y cafeína antes de acostarse y orinar con frecuencia durante el día, puede ayudar a aliviar los síntomas de la BPH.
- Terapia de chorro de agua: Esta terapia utiliza un chorro de agua caliente para limpiar la uretra y reducir los síntomas de obstrucción del flujo de orina.
- Terapia con láser: La terapia con láser utiliza luz de alta energía para destruir el tejido prostático que obstruye el flujo de orina.
- Cirugía: La cirugía se puede realizar para tratar la BPH si los otros tratamientos no son efectivos o si los síntomas son graves. Algunas de las opciones de cirugía incluyen la resección transuretral de la próstata (TURP) y la enucleación de la próstata con láser.
Es importante hablar con el médico sobre las opciones de tratamiento disponibles y cual es la mejor opción para cada paciente individualmente. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas, la salud general del paciente y otros factores individuales.