Hepatitis C: síntomas, causas y tratamiento
La hepatitis C es una enfermedad viral que afecta al hígado. Se puede diagnosticar mediante pruebas de sangre y tratamiento con medicamentos antivirales de acción directa. La prevención incluye evitar el contacto con sangre infectada y recibir pruebas regulares de detección si se encuentra en un grupo de alto riesgo.
Introducción sobre hepatitis C
La hepatitis C es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al hígado. Es causada por el virus de la hepatitis C (VHC), que se transmite a través de la sangre. La mayoría de las personas infectadas con el VHC no presentan síntomas hasta que la enfermedad está avanzada, lo que hace que sea difícil de detectar y tratar.
Epidemiología de hepatitis C
Se estima que alrededor de 71 millones de personas en todo el mundo están infectadas con el VHC. La mayoría de las personas infectadas viven en países de ingresos bajos y medianos. En los países desarrollados, la hepatitis C es más común entre las personas que se inyectan drogas, reciben transfusiones de sangre o trasplantes de órganos antes de 1992, o tienen relaciones sexuales sin protección con una persona infectada.
Cuadro clínico de hepatitis C
La hepatitis C puede ser asintomática durante décadas. Cuando se presentan síntomas, estos pueden incluir fatiga, dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, ictericia y fiebre. La enfermedad puede progresar a cirrosis hepática y cáncer de hígado en algunos casos.
Causas de hepatitis C
La hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre infectada. Las personas que se inyectan drogas, reciben transfusiones de sangre o trasplantes de órganos antes de 1992, o tienen relaciones sexuales sin protección con una persona infectada tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Síntomas de hepatitis C
Los síntomas de la hepatitis C pueden incluir fatiga, dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, ictericia y fiebre. La enfermedad puede ser asintomática durante décadas, lo que hace que sea difícil de detectar y tratar.
Diagnóstico de hepatitis C
La hepatitis C es una enfermedad viral que afecta al hígado. Para diagnosticarla, se pueden realizar pruebas de sangre para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus de la hepatitis C. Si la prueba es positiva, se realiza una prueba de confirmación para detectar el ARN del virus en la sangre. También se pueden realizar pruebas de imagen, como una ecografía abdominal, para evaluar el estado del hígado.
Tratamiento de hepatitis C
El tratamiento de la hepatitis C depende del genotipo del virus y del estado del hígado. Los medicamentos antivirales de acción directa son la opción de tratamiento más común. Estos medicamentos pueden curar la infección en la mayoría de las personas en un plazo de 8 a 12 semanas. En algunos casos, se puede recomendar un trasplante de hígado.
Prevención de hepatitis C
La prevención de la hepatitis C incluye medidas como evitar el contacto con sangre infectada, como compartir agujas o jeringas, y practicar sexo seguro. También es importante recibir pruebas regulares de detección de hepatitis C si se encuentra en un grupo de alto riesgo, como personas que se inyectan drogas o que recibieron transfusiones de sangre antes de 1992.